La epidemia de peste que asola la Villa y la comarca entre 1601 y 1606, derivó la advocación y devoción a San Roque que ha llegado hasta nuestros días.
El 27 de agosto de 2006 se inaugura el monolito conmemorativo del IV Centenario de la advocación de San Roque. La obra en piedra es del artista garachiquense Pascual González Regalado.