El Castillo presenta una planta cuadrada, muros de sillería gruesos con tronera situada en la cara norte. Un conjunto de almenas, que incluye garitas voladas en sus esquinas, corona la edificación, así como la blanca espadaña.
Interiormente, no encontramos el habitual patio de armas, sino dos amplias habitaciones cubiertas con bóvedas de medio cañón. Desde ellas parte la estrecha escalera que conduce a la plataforma de combate, lugar apropiado para contemplar la naturaleza lávica que forma El Caletón.
Sobre la puerta de entrada se desarrolla una profusa decoración heráldica, basada en los escudos del Emperador Carlos I de España y V de Alemania, usados también por su hijo Felipe II, tallados en dos bloques de cantería. Por suerte pudo escapar de los destrozos ocasionados por la erupción de 1.706. Con el paso del tiempo sufrió el olvido y abandono, se fue desmoronando hasta que el 12 de enero de 1.959 se llevan a cabo los trámites para su compra por parte del Ayuntamiento de Garachico.
Se acondicionó el entorno y se ideó la llamada “Plaza de Armas” del Castillo de San Miguel. Obra de 1.967 del artista local Pascual González Regalado realizada en cantería y piedra; los jardines que deslinda de la avenida Tomé Cano, con prisma de piedra y gordas cadenas entre ello. Este trabajo fue realizado por los maestros de obras garachiquenses Marcelino Méndez Yanes y Manuel Yánes Alvarez.
En la actualidad es un edificio incorporado al quehacer cultural de la Villa que alberga el Centro de Información Patrimonial.